viernes, 25 de enero de 2008

LA NEGOCIACIÓN, por Pérez Pérez.

Una obra de Pérez Pérez para la ciudadanía en general



De verdad os digo

que fui a la negociación

dispuesto

a entregarlo todo

en aras del pleno empleo.

Y allí estaba él,

con su corbata de aldeas infantiles

y su sonrisa fluorada

de empastes estéticos

Y allí estaba yo,

con mi boca desdentada

dispuesta a comerse todas las pollas

del mundo.

Nos dimos las manos

y en nuestra igualdad

uno parecía más igual que el otro.


El día era soleado

-como en Biafra-

y en mi alegría por la reforma

puse en oferta mi cuerpo

digna de las rebajas de los almacenes

superdescuento

Y tras un silencio me miraron

sobre su hombro impoluto de caspa

y hablaron

modulando como aprendieron en los

mejores colegios


Es que

nunca seremos tan competitivos

como los niños de Malasia

Claro,

y yo perdí mis brazos y piernas

por el maquillaje de la señorita Pepis,

y después los ojos

y las orejas

y bebí del caliz del fin de la historia

emborrachándome

antes de que mi boca callara.

Sólo quedó mi nariz

y además

estaba constipada

Entonces sucedió lo inevitable

Él sacó su pañuelo de marca

y entre flashes

me practicó una delicada extracción

de mucosas nasales.

¡Ay!

Ya puedo oler el aroma tierno a mierda

de los titulares del telediario

y cómo se congratulaban los medios

ante la nueva era de estabilidad

que nos esperaba

Se olvidaron decir,

que yo debía lavar el pañuelo.

Después de la negociación aumentó

la prostitución

y el número de ahorcados suicidas

cuyo semen inútil

estaba contaminado por los pesticidas

del desarrollo.


Y el empleo según el INEM

se había normalizado

con ligeras subidas en períodos estivales.

¡Que maravillosos

los parques temáticos de todo a cien!

¡Y cómo se acumulan las figuritas kitch

sobre la televisión!

¡Qué esplendor

el de los contenedores de basura!

¡Y qué legión de hombres fregona

lavan los güevos disciplinadamente

a tantos hombres de bien!

¡Oh!

Si alguna vez os llamé parásitos

embrutecidos y acomodados entre las plusvalías

me retracto

ante la senda del libre cambio

y la coyuntura más favorable en bolsa.

Mientras, afilo los dientes

y sazono a mis niños

antes de recalentarlos en el microondas.

Enciendo la televisión

Y comprendo balompédicamente

que soy el culpable

de las crisis cíclicas.

Pago por respirar y por un poco de sol,

y antes de inmolarme

doy gracias a la propiedad.

Muero crucificado sobre un Mercedes

y mártir de las llaves del coche

expiro

entonando moribundo

los cantos pop y ruego

que el capital

se perpetúe

y se multiplique a sí mismo

Silencio,

ya no hay mundos en tecnicolor

ni sanatorios mentales

ni centros de formación

sólo el incesante latir de la Minipimer.

Última voluntad:

Si acaso la fortuna llegara tras mi muerte

quisiera, si no es mucho pedir

que mis cenizas

orbitaran alrededor de la tierra

en el interior

de una bolsa del corte inglés.



La negociación es el primer librito económico de poesía social escrito por Pérez Pérez (también conocido como Elvis Pérez, El Cosmonauta eléctrico o Terrible hechizero anarquista) un ensobrador de propaganda electoral contratado por la ETT de turno. Actualmente se encuentra en paradero desconocido tras enviar por fax este enigmático mensaje: "Pese a quien pese continuaré con mi original obra."