sábado, 23 de febrero de 2008

CANTO DEL AMIGO MUERTO, por Al Berto.


La vida ya no estará allí,

y recuerdo: ningún escondite de los gestos

me fue desconcido.

Ninguna seducción me fue extraña.


La noche fue volviéndose

cada vez más pesada sobre los hombros.


Las ropas dejaron de destrozarse bajo las caricias.

Las miradas fueron fijándose, durante largo tiempo,

por entre los papeles arrugados, tirados al suelo.

La máquina de escribir paró.

Los libros se llenaron de polvo,

se cerraron para siempre

con nuestra historia dentro de ellos.

No volvieron a abrirse.


Un rostro brillaba junto a la ventana.

La lluvia golpeaba con fuerza

sobre las escaleras del incendio.


Al Berto, fragmento de Canto del amigo muerto. Traducción de Jesús Losada ( Celya, 2004 ).

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