jueves, 20 de marzo de 2008

LOS ÚLTIMOS BAÑISTAS, por Manuel Vilas.


Los niños se convierten en los últimos bañistas

en la tarde de agosto.

La voz de sus padres los reclama

con severidad un tanto fingida. Los últimos bañistas

quieren disfrutar del agua una vez más,

en algarabía inacabable.


Agosto en su crepúsculo ama a estos nadadores impúberes,

esencia del verano, ilustres caballeretes del buen tiempo

y de la dicha inocente.

Seguid con vuestros baños, vuestros saltos,

vuestras acrobacias,

hasta que el sol deje de calentar

las aguas y éstas vuélvanse desafiantes y frías.


Uno de entre ellos, el último bañista, me mira

con su trono abierto, con el tiempo en una mano.

Oh, serenidad, concede a este muchacho lo que concediste

al necio: fervor y pocas preguntas,

fervor y un cuerpo con dinero,

flotando sobre el dibujo de la vida.


Manuel Vilas, del poemario El cielo ( DVD ediciones, 2000 ).

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