sábado, 24 de mayo de 2008

LO QUE ME TRAJE DE EUSKADI, por David González


me traje a ángel chaparro que, desde la terraza donde fumábamos un pitillo minutos antes de que diera comienzo la presentación de Hank Over (Resaca) en Vitoria, saludó a una señora de la limpieza que estaba asomada a la ventana del edificio de enfrente, momento que aproveché para decirle a la mujer: Dentro de poco hay aquí un recital de poesía, ¿por qué no te animas y vienes?, a lo que ella me respondió, señalando con su mano hacia el interior: Ya tengo yo aquí bastante poesía...
me traje a David Mardaras y a Irene, que llenaron la facultad de Vitoria de carteles con nuestros poemas y con el anuncio de la presentación de Hank Over (Resaca), y que hicieron que nos sintiéramos como en nuestra propia casa...
me traje también la lluvia de Vitoria...
me traje al escritor Beñat Arginzoniz, que en la librería Elkar nos organizó una presentación de auténtico lujo y al que recuerdo a las tres y media de la mañana en el casco viejo, después de que hubiéramos ido cerrando todos los baretos, diciéndonos: Yo conozco un sitio que está abierto, pero hay que ir en taxi... me traje también una frase de Beñat después de echarme las cartas del tarot en un garito a eso de las dos y media de la madrugada: Todas las cartas te son favorables, pero tienes un problema: aunque consigas todo aquello que quieras conseguir, nunca estarás satisfecho contigo mismo...
me traje a juan jose sanz, juanje, fotógrafo, poeta visual, amigo personal ante todo, generoso donde los haya y con el que preparamos la movida de brindar a la salud del viejo Buk con una botella de Jack Daniels, que él mismo se pagó de su propio bolsillo...me traje, ya de paso, la fotografía que encabeza este post y que está sacada por el propio juanje en el barrio de buenavista, en el buga de uno de sus colegas, mientras vicente y yo vamos sentados en la parte de atrás, en unas sillitas de bebé, y descojonándonos de risa porque, sencillamente, éramos o nos sentíamos felices...
me traje también a hugo y a su mujer y a todos los que después de la presentación se vinieron de copas con nosotros, como, por ejemplo, pepe pereza, y otra peña cuyos nombres siento no recordar ahora, pero que nos llevaron a los garitos más guays del casco viejo de bilbao...
me traje a un negro que conocí en la estación de autobuses 15 minutos antes de que mi bus saliera...un negro que me enseñó que un bolígrafo sirve para algo más que para escribir: sirve como arma blanca... me traje la demostración que me hizo allí mismo ante el asombro de la peña que estaba por el andén... me traje su documentación: era hijo de un diplomático...un hijo problemático: correccionales, peleas callejeras con otras bandas, peleas con la policía, celdas de comisaría, cárcel...
pero sobre todo, de euskadi, me traje a aixa: como la de la canción, nos comentó a vicente y a mí cuando la conocimos a la puerta de la librería elkar...aixa: berebér: aprendiendo euskera: ex bailarina en un conocido programa de televisión de los años 80...aixa: 48 años: más de uno en coma: su esposo quiso estrangularla y le reventó las cuerdas vocales...sí, me traje a aixa a asturias, y vicente se la llevó a león...aixa: un hilillo de voz que realzaba más si cabe su belleza y su dentadura blanca, perfecta, impecable, antítesis de la mía...me traje a aixa en el resplandor de la sonrisa de la estrella de oro blanco que tenía incrustada en uno de sus dientes... aixa, tía: siempre podrás contar con nosotros...
se me olvidaba: de euskadi también me traje la poesía de Déborah Vukusic, cuyo libro, guerra
de identidad, editado por ediciones baile del sol, leí de un tirón ayer, cuando regresaba a la ciudad gris... un libro del que ya hablaré más adelante...
cuando llegué a la ciudad tenía el tiempo justo para pasar por casa, ducharme y salir cagando leches a la presentación en el antiguo instituto de gijón del último poemario de mi amiga la poeta mada alderete, la casa de la llave, titulado así porque hace referencia a las casas de acogida para mujeres maltratadas...si tuviera que calificar la presentación diria: qué pasada, qué auténtica pasada... por varias razones: mada consiguió llenar el salón de actos, algo que pocos escritores logran... porque vendió cerca de 80 libros... porque salvo tres o cuatro tíos, entre el público solo había mujeres...porque escuché a mada sentado al lado de sus dos hijas, que me hicieron recordar la primera vez que bajé a EDITA, y vi a mada, sentada, con las cabecitas de sus hijas en sus muslos, y en aquél momento recuerdo que pensé: cómo me gustaría formar parte de esa familia... porque, en definitiva, vi a mada, a mi amiga, feliz, y ya sabéis: la felicidad también se contagia...
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[David González: Sigo sin querer ir al cielo]

1 comentario:

Estel Julià dijo...

Qué viaje más completo.

Es genial.

Enhorabuena.

Un saludo,


Estel J.