jueves, 15 de mayo de 2008

À REBOURS


Adivinaba en los transeúntes una sandez tan inveterada, tanta execración para las ideas de él y tanto desprecio para la literatura, para el arte, para cuanto él adoraba, implantados, anclados en esos estrechos cerebros de negociantes preocupados exclusivamente de fullerías y de dinero y accesibles sólo a esa baja distracción de los espíritus mediocres llamada política, que volvía rabioso a su casa y se encerraba a piedra y lodo con sus libros.

Jois Karl Huymans

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