sábado, 10 de enero de 2009

VINO BLANCO. Alberto Clavería


Vino blanco que te asomas por las esquinas de mis cuevas,
suelta ya esa lumbre y deja de gritar.
Vino blanco que me hueles a canela y desbordas la botella,
si supieras,
solamente si supieras
lo que llegué a rezar por ti...
Vino blanco que me jodes las cosechas
y me apartas la mano que me ha de guiar,
desmonta de tu caballo y suelta cuerda
para darte cuenta,
darte cuenta
de que estás trotando sobre mi jardín.
Vino blanco que me aceleras cuando frenas
dejando al aire mi responsabilidad,
vino blanco, tú que en nada vas sembrando,
así cayera yo sobre ti
como los truenos
y lograra mantenerte quieto medio segundo.
Vino blanco, mira cómo nos hemos de ver al final,
tú dentro de mí, yo fuera de todo,
silbando como el afilador que
ha perdido la rueda,
déjame soñar solo
cinco minutos más,
déjame pensar que
si llegué hasta aquí
todavía puedo
seguir.