lunes, 12 de julio de 2010

BOMBA DE TIEMPO by Lucy Espinosa.


Me temo que la siguiente información pueda llegar a manos equivocadas, así como ser pensada que es dirigida a un tercero.

Mi reproductor de música terminaba un álbum titulado Snakes in a hole de 1969, es una especie de jazz, rock progre y otras marihuanadas de una banda que se llama Made In Sweden. Terminó el álbum y, por supuesto, brincó al siguiente, el cual era Titan, de Gustav. Quedé en hipnosis, por lo que dejo aquí mi advertencia y una anécdota.

Era una noche lluviosa, según yo iba en mis cinco sentidos caminando por las calles y callejones de Guanajuato. Una mano de hombre me tomó del codo y me acercó a él, un músico. Continuamos caminando hacia mi casa, rompiendo con cada paso el arroyo entre las calles.
Obviamente yo la había pasado mal ese día, seguro había peleado con otro hombre, un fotógrafo, y busqué refugio en el músico, que le suponía ya era historia vieja.
Es inútil explicar por qué uno busca viejos amores para compensar el inevitable fin con los actuales.

El músico me llevaba a casa, entre besos y arrimones en cada esquina, puede decirse que íbamos a paso veloz. No puedo negar que ahora veo las cosas como género trágico y subgénero romántico. Toda la situación era fatalista para mí.

Me siento muy mal y me quiero sentir peor, le dije al músico. Dime qué puedo escuchar, quizá a este cuate, ¿cómo se llama... Mahler?El músico brincó asustado, me detuvo y me puso contra la pared, el agua escurría por mi frente y me dijo: por lo que más quieras, no se te ocurra escuchar a Mahler en estas condiciones.

Por lo tanto, terminamos la noche juntos. No hay absolutamente nada que una noche con un ex-amor no pueda curar y, después, hacerte sentir peor. Supongo que es la cruda que te deja Gustav.

Precaución para otras situaciones cuando no se debe escuchar a Gustav: si tienes en tu organismo cuatro tazas de café, dos copas de vino tinto, te has fumado media cajetilla, y llevas cuatro horas (y contando) de trabajo, más un nuevo amor que ya ha entrado en tu vida, endulzado todo esto con esa sensación de paz que te da el gusto por lo que haces, por DIOS, no escuches Titan. No escuches a Mahler, es el chamuco.
El problema no es que puedas entender el mundo coqueto de esta sinfonía, el problema es que lo vivas... el problema es que lo sientas.

Saludos

Lucy Espinosa, del blog Los pequeños encuentros.

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