miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL ASESINO DE MUÑECAS


Psicotrónica, ultrabizarra y de culto donde las haya, El asesino de muñecas (1975), de Miguel Madrid, es una de las perlas más negras y ocultas del cine español de todos los tiempos, un híbrido inclasificable y magnético, fascinante y casposo, transgresor y absolutamente recomendable (y desde cierto punto de vista moderno).

A caballo entre el thriller psicopático y el cine de autor, entre el slather y el arte y ensayo, El asesino de muñecas narra la historia de un joven inadaptado, travestido inocentemente de niño por su madre, con una morbosa obsesión por las muñecas y los maniquies...

Una envolvente y psicodélica banda sonora, un repertorio delirante de muñecas siniestras, un actor principal, David Rocha, que (nunca mejor dicho) se sale, perversiones de todo género y tipo, la siempre sensual Helga Line y un montón de secuencias y planos enloquecidos convierten esta película casi olvidada en obra cumbre del fantaterror español.

Aunque la crítica (oficial) la destrozó en su día, no cabe duda de que, en su línea, estamos ante una película inolvidable de culto, arrebatadora y atípica por los cuatro costados.

Para ver Buen Cine (en mayúsculas), nos quedamos con Trier, Peckinpah, Kubrick, Scorsese, Bergman, Fuller, Huston, Truffaaut, Fellini, Buñuel, Coppola y etc etc, pero para los días viscerales y lisérgicos, marcianos y extraños, alabadas sean joyitas así.

Bon appetit !!!

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