jueves, 3 de febrero de 2011

714 . Jorge Nagore


Hará ya 20 años y medio tenía yo en la antigua Caja de Ahorros Municipal de Pamplona 714 pesetas. Me acuerdo perfectamente de la cifra porque es la de las veces que más dinero junto he tenido. Al estar enmarcado dentro de la categoría de Clientes Preferentes, de ésos que entras en la oficina y llaman a los de seguridad, me avisaron de que iba a tomar parte en un sorteo. Me tocó. Un viaje a Egipto de una semana para dos personas con todos los gastos pagados. Total, que mi hermano me hizo una envolvente bastante larga de contar y muy avispada por su parte y no me pude negar a que se viniera conmigo a Egipto. Acabé de piedras, pedruscos, monumentos y polvo hasta el corazón, aunque, por supuesto, lo pasamos muy bien y vimos las pirámides, la tribuna donde dispararon a Sadat y todo eso que sale en las guías. Trajimos medio Egipto en las maletas y nos obligaron a pagar por exceso de equipaje una buena pasta –recuerden que yo contaba con un capital de 714 pesetas, que se dice pronto-, aunque el oficial de la aduana era de los que enseguida ves que tienen la moral algo distraída, porque por la mitad de la tarifa oficial rompía la multa y ahí no había pasado nada. Creo que pagamos la tarifa oficial, aunque no lo recuerdo bien. Lo que sí recuerdo es que era un país terriblemente pobre, de gente muy amable pero muy resignada. Los mendigos se morían en plena calle, los tapaban con una manta y lo mismo pasaban días allí, con el personal en el café de al lado fumando como si hubiera una competición. Los niños te pedían cosas constantemente. Vamos, el clásico viaje del que vuelves convencido de que eres un niño pijo sin derecho a la queja. Ahora los que se quejan son ellos, cansados de ser poco más que una atracción turística para occidentales con suerte y 714 pesetas.

Jorge Nagore en su columna de 'Diario de Noticias' A la contra

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