viernes, 10 de julio de 2015

A VER, POETA por Velpister.



Si tu poema
es muy largo
y no dice nada
porque al escribirlo
no tenías nada qué decir,
qué contar
o compartir,
o nada interesante
o no haya sido
otra cosa que
el deseo
de agradar
y de ser aplaudido
lo único que movió
tu mano,
y llenes cada página
de palabras
sumisas,
biensonantes,
y políticamente correctas;
si atiborras tus contenidos
de contemplaciones
y de concesiones
a las buenas maneras
y demás centros comerciales,
y vas,
poeta,
y lo lees
en público
mal,
demasiado rápido,
atropellando las palabras,
o demasiado lento,
muermamente,
si dura más de dos minutos,
buf,
dos minutos
escuchando
al poeta
pesado
de turno,
entonces
tienes que saber,
poeta,
que a los 30 segundos
nadie,
absolutamente nadie,
ni tu puta madre
seguirá el hilo
y
los aplausos
del final
del recital
interminable
serán tan falsos
como tus
versos.

Velpister



1 comentario:

tsb dijo...

Sí, políticamente incorrectos también hay bastantes poetas impostados. La autenticidad no la trae el lenguaje, ni tan siquiera la exactitud de lo narrado, más bien el sentirlo y el llegar a transmitirlo. Eso pienso yo.

¿Dos minutos de poema? Eso, escuchado nada más, sin tener la letra delante, o al menos conocerla de antes por haberla leído, me da a mí que es difícil que pueda ser entendido en su totalidad. Y si encima va cargado de tacos: menos aún. La palabra malsonante es un arma de doble filo, hay que ser muy comedido en usarla y tener muy claro qué se busca más allá de llamar la atención. Por un lado es un bofetón que quita el despiste de encima, pero también son muchos los oídos que se quedan sólo con ella: por ofendidos, por sorprendidos, por jocosos, cada cual sabrá. Personalmente ni me gustan, ni me disgustan, según lo que expresen y el motivo de su uso.

Y como nada me impide mojarme, decir que el verso de este poema: "ni tu puta madre", más allá de buscar ofender a la audiencia, no sólo al poeta de turno, no sé yo qué más aporta. Esto lo digo sin acritud, simplemente porque opino que pobres madres, por qué no dejarlas tranquilas, bastante tienen ya las pobres con sus hijos poetas.

Saludos.