viernes, 4 de marzo de 2016

CON UN CANTO EN LOS DIENTES: Tres poemas.




Monólogo interior de una mala persona

Iba hacia casa haciendo eses,
la senda del perdedor.
Delante de mí una pareja encantadora
cogida de la mano.

Envidia cochina.

No van a durar,
-me dije-
estas cosas no duran,
-me dije-.

En un par de meses ella se quejará
por nada
y él se quejará por todo,
o se pondrán los cuernos
y ahí quedará la cosa.

Luego reflexioné:
eres un cabrón,
deseando la infelicidad ajena.

Chapu malo, Chapu malo.

Pero no se me despintaba
la sonrisilla cabrona de la cara.

Chapu malo.

Chapu solo.

*

Bisectrices

Tus fortalezas
y mis debilidades
no congenian
con mis fortalezas
y tus debilidades

Y así andamos
cada noche
buscando un punto medio
que ni es un punto,
ni está en la mitad
y que seguramente
habite en otra dimensión.

Pero amamos la geometría,
somos reincidentes
y los dos hacemos
de la contradicción
un hogar.

*

Sonríe, vence, sálvate
(para Laura)

Lo sé,
tienes treinta inviernos
con sus lunes en las ojeras.
Los perros te ladran al oído
todas las noches.
Y qué.

No es vergonzoso
mostrar las grietas,
no es tan urgente
ahogar todos los peces que lloran
en la trastienda.

Estar débil y enloquecer
no es una costumbre,
quemar el café,
romper la vajilla,
tiritar en pleno agosto
no es una costumbre.

Pero mira,
tira los pañuelos,
sécate los párpados,
sonríe.

No es una guerra fácil,
no hay atajos,
pero apuesta tu sonrisa
a los sábados,
levanta la cabeza
y saluda a los comediantes,
hazle muecas a los vecinos,
aprieta el paso,
muévete lenta,
esquiva las balas
con orgullo.

puedes elegir salvar el día,
día tras día
con el coraje de los vencidos.

Sálvate.

Chapu Valdegrama, de Con un canto en los dientes (Amargord, 2016).

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