lunes, 1 de agosto de 2016

JUDITH RICO Y OTRAS PASTILLAS



PRÓLOGO
LEA ESTE PROSPECTO DETENIDAMENTE
x Jorge M Molinero 

Entre el aforismo, el tuit y la frase apuntada en una servilleta se mueve este primer libro de Judith Rico. La celeridad que nos exige nuestra forma de vida, la escasa memoria y paciencia hace que nos saltemos las líneas que no creemos vitales. No quitamos las escamas del pescado antes de servirlo en la mesa, quedándonos un regusto en la garganta agridulce por lo que podía haber sido y la sensación de haber conseguido por fin atrapar la esencia del alimento primero. Saciamos el hambre, cuando se es joven poco más importa o se pretende, ya habrá tiempo de transitar los caminos señalados por otros e intentar dejar una huella si la brea sigue fresca.

Judith nos celebra con una sesión de fuegos artificiales pero empieza y termina con la traca, sin apenas dejar entre medias un espacio en su cielo para palmeras naranjas. Quiere disfrutar cada segundo pero ya en su juventud atisba aquello de Biedma: “que la vida iba en serio...” y nos muestra tanto sus anhelos, a menudo atajando por el deseo de la piel para llegar al alma, como sus frustraciones, en juegos de palabras fugaces como un chasquido de dedos. 

Esta cajita de perlas tiene como mayor aliado la frescura de la primera impresión. En ella, esta vasca juega sin descartarse, a tumba abierta, con los naipes que le tocaron en la primera mano y con valentía las muestra y se juega hasta la camisa, a sabiendas de que puede perder la partida. Ya tendrá tiempo, como dije antes, de agrandar sus zapatos y caminar por terrenos asfaltados. Pero ella es joven, sólo quiere divertirse e invitarnos a la fiesta. Entren, entren, tomen su bebida favorita, están frías y bailen. Sobre todo bailen, la música la pone Judith Rico.


EPÍLOGO
CONTRAINDICACIONES
x Carlos de la Cruz 

1. Lávate las manos antes de entrar en la cama es una pila de mármol en la que puedes lavarte las manos y frotar la conciencia hasta que arda y arde y arde tan bien que los trenes huyen con el vagón-cafetería entre las piernas. Animales minimales tigres con los dientes de leche las manos de leche los dedos de leche tienen suerte tenemos sed y estamos calientes 
2. No te vas a sentir mejor 
3. Abraza a los desconocidos como si fueran faros velas linternas farolas no queda espacio entre las piernas tienes que hacerles un hueco entre las piernas 
4. Usa la cama como una lanzadera un proyectil sin trayectoria una piedra cubierta de miel la navaja del sexo yo también me iría a la calma contigo los gigantes son molinos de agua: muelen agua muelen lengua también se oxidan no somos de piedra 
5. Ese no es el trato 
6. Los yonquis no hacemos tratos 
7. Busca coincidencias señala con chinchetas los espacios en los que tu cuerpo podría ser el cuerpo de ella es algo así como desnudarte frente al espejo y acabar en la cama con tu reflejo
8. Los yonquis siempre queremos más
9. Judith tiene una grieta como otros tienen un tejado como otros tienen un tren un gato un cocodrilo con zapatos de charol una cerilla encendida dentro de una botella. cuando tiene frío silba cuando tiene hambre creo que es importante saber que ladra y luego muerde y luego te besa los dedos de los labios de los ojos y parece todo tan sencillo… 
10. Esto es más sencillo de lo que parece 
11. Solo tienes que apagar la luz y encender un fuego 
12. Me vas a perdonar pero yo también quiero que mis lunares sean el punto y final de algo 
13. Si has llegado a este punto deberías volver al principio y tomarte una de esas pildoritas que Judith te ha dejado junto al ombligo 
14. Este pastillero no te va a salvar 
15. Los yonquis siempre queremos más


PÍLDORAS

#12 Al mal tiempo, desnúdate conmigo. 

#73 Mi más sentido bésame.
 
#62 Muchas personas vais de gigantes y no entendéis ni de molinos. 

#107 De tal palo tal pastilla.

#127 Estoy a una gota de otro maremoto.

#87 Como sigáis vendiendo humo moriréis intoxicados.

#1 Tengo una astilla en el corazón de tanto tocar madera. 

#140 Sal de la cama y ponte la vida, nos largamos. 

#32 Vamos a quitarnos la piel de cordero y sacar los lobos que llevamos dentro.


Judith Rico,
de Judith Rico y otras pastillas
(Zoográfico, 2016)


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